La ciencia detrás de la salsa sriracha y la chica de filosofía y letras que me mandó a la verga.

Salí con una chica muy guapa hace unos meses, ya llevábamos varias semanas spammeando nuestras publicaciones de facebook con reacciones de corazones ─esto es obvio el paso previo a quitarnos la ropa y lustrar nuestros cuerpos a través de nuestra saliva, es la nueva forma de ligue del siglo XXI─. Ella me invitó a uno de esos lugares donde venden comida «china-japonesa», lo menciono de esta manera porque por alguna extraña razón todos los chinos meten platillos de la gastronomía nipona en su cocina y viceversa.

Como sea, nuestro objetivo era ingerir unas deliciosas bolas de arroz, de las cuales soy fan, esto lo hizo porque ya sabía este detalle de mi increíble personalidad, era su forma manipuladora de obtener puntos a su favor y ganarse el premio mayor (yo), algo que me pareció tonto porque ella es de filosofía y letras (estudia el último semestre de letras españolas) y ya tenía las de ganar solo por eso, además ella decidió pagar las bolas de arroz, yo solo tenía que darle las otras bolas y pagar unas promociones de caguamas (cerveza) del OXXO para irnos a su casa y listo, coger como unos demonios para perpetuar la especie. Ahora que lo pienso ni las caguamas tenía que comprar, esto último era un pretexto mío para ponerme en estado de ebriedad. Parecía la cita perfecta, ¡pero no!, ¡todo se tenía que complicar!, lo que marchaba relativamente bien, comenzó a marchar relativamente mal…

Cuando estábamos en la mesa vi que bañó de forma excesiva su bola de arroz con salsa sriracha, en caso de que no la conozcas: es la salsa roja que tiene bote transparente, letras blancas en pinches mil idiomas, tapa verde y un gallo como logo.

Es precisamente este detalle lo que me hace escribir este artículo, primero que nada porque quiero que noten lo increíblemente malo que soy con las mujeres, y claro, lo increíblemente bueno que soy con los conocimientos de química aleatorios que nadie te pide a la hora de la comida:

─¡¿Estás loca?!, es un chingo de salsa, te vas a morir ─le dije.

─Pues a mí ni me pica ─me dijo.

─Bueno, de hecho esa casi no pica, es perfecta, pásame la botella, esta si la aguanto un poco más.

─¿Cuál aguantas?

─La que quieras, mija.

─Sí, bueno, la salsa está bien buena, ¡la amo!, no sé el porqué me gusta tanto, los japoneses tienen un gusto bien bueno para las salsas y los condimentos.

─Si lo dices por la sriracha, esa salsa no es japonesa.

─Sí es.

─No es, es de origen tailandés, pero se la ponen a prácticamente todo por la popularidad que ha agarrado.

─Está loco, es japonesa, además ni tú ni yo, aquí dice «MADE IN USA».

─¡¿Ni tú ni yo?!, pues mira…

(Necesito resaltar que soy una persona paciente y tolerante, pero mis ganas de coger no superan ni de cerca mis ganas de tener la razón, así que voy a resumir un poco del shitstorm que se le vino encima por creer que puede tener la razón sobre una eminencia de los datos nimios e innecesarios):

─La salsa sriracha es de origen tailandés, se llama así porque la receta viene de una señora de Tailandia en un lugar llamado «Si Racha» que de hecho es una playa turística muy famosa por aquellos rumbos. No es que yo sea un experto en Tailandia, pero soy hombre, lo cual es sinónimo de que cuando estoy aburrido veo porno y me jalo la verga, entre los múltiples vídeos del catálogo que me ofrece xvideos está la serie «Asian street meat», la cual siempre me ha llamado la atención que tenga tantos vídeos, ya que muchas de las chicas allí son menores de edad, esto porque en Tailandia la mayoría de edad para las relaciones sexuales es de 15 años. Parece dato trivial, pero fue suficiente para interesarme por la cultura e indagar mucho sobre este país, una cosa lleva a la otra, pero bueno, me estoy desviando…

─A pesar de que la sriracha es algo que ya lleva un chingo de años con nosotros, la que conocemos y la que consumimos en la mayor parte del mundo no es la receta original, es una salsa que se popularizó por un inmigrante tailandés llamado David Tran. Se puede diferenciar del resto de versiones de sriracha porque precisamente en la botella aparece un gallo, por eso los gringos la llaman «rooster sauce». El gallo de la salsa aparece porque el creador, nació en 1945, el año del gallo en el zodiaco chino. Saber que 1945 es el año del gallo no tiene truco, cualquier persona sabe que 1945 fue el año en que finalizó la segunda guerra mundial y el año en que el humano hizo gala de su inexistente inteligencia bombardeando Hiroshima y Nagasaki. Una bomba atómica puede generar los millones de Kelvins necesarios para iniciar la fusión nuclear (para crear una bomba de hidrógeno requieres una bomba atómica), y bueno, eso es sinónimo de que los humanos han logrado crear sus propias estrellas en la tierra, ¿no es fascinante el poder de la inteligencia humana?, saber que algún punto de la tierra ha estado a la misma temperatura que el sol es algo que todavía me maravilla cuando lo escucho. Además, si quieres memorizar este dato, sabrás que en mi blog tengo una fijación por toda la filosofía taoísta, en el taoísmo el gallo representa el sol, ¿ves qué fácil recordar todo con las relaciones adecuadas?

─Como sea, la salsa sriracha fue comercializada en estados unidos por una empresa llamada «Huy Fong Foods», si tienes una botella con el logo del gallo sí o sí vas a encontrar esta etiqueta. Eso es lo que pasa cuando eres niño y no tienes libros, te aprendes de memoria la información nutrimental de cualquier cosa, desde las salsas hasta el cereal.

─Eso de «no sé el porqué me gusta tanto» es algo que la química también ha estudiado, y de hecho lo ha estudiado específicamente con la salsa sriracha. Para la química no es normal que una salsa haya tenido el apogeo que tuvo la salsa sriracha, algo tiene qué tener, ergo, alguien tuvo que estudiarla en sus tiempos libres:

─En el 2014 la American Chemistry Society publicó algunos artículos y material audiovisual de los estudios y datos científicos detrás de esta salsa. Resulta que a diferencia de muchas salsas la escala Scoville en la que se encuentra la salsa sriracha es prácticamente perfecta, me explico:

─La escala Scoville es lo que se usa para medir la pungencia (qué tan enchilado estás) en función de estudios de análisis sensorial (examen organoléptico Scoville), dicho en cristiano: le das de comer chile a las personas disuelto en agua con azúcar y haces medidas de qué tanta agua necesitas y qué tanto chile logran identificar tus catadores, dependiendo de estos resultados creas categorías de qué tan picoso es algo, tan sencillo como eso.

─Obviamente esta forma es algo arcaica, en la actualidad sabemos qué compuesto es el encargado de causar picor y sería mucho más fácil hacer un estudio de High-Performance Liquid Chromatography (HPLC) y verificar las partes por millón de dicho compuesto en un determinado alimento que nos cause esta sensación, de hecho, así es como se hace en la actualidad, a dicha escala la llamamos «pugency units» (aunque las siglas siguen siendo las mismas que en la escala Scoville [SHU]), que como ya mencioné, es sinónimo de tener una parte del compuesto que causa el picor por cada millón de partes.

─Pero bueno, ¿cuál o cuáles son los compuestos de los que estoy hablando?, pues los favoritos de todos los químicos caseros en nuestra formación hacia la gloriosa síntesis del gas pimienta, los capsaicinoides, específicamente: la capsaicina (la cual hace que el gas pimienta haga lo que se supone que hace).

─La capsaicina es lo que genera picor, tan sencillo como eso. Proviene de los chiles y de otras plantas y es un mecanismo de defensa contra los mamíferos, ¡y esto es impresionante!, quiero que te fijes en qué tan guapa es la naturaleza: En algún momento de la evolución una planta tuvo que tener una mutación para empezar a generar capsaicina, las plantas «normales» eran devoradas a diestra y siniestra, pero la planta fenómeno (la rarita de la clase) que había tenido esta mutación sobrevivió porque el mamífero que la intentó comer se percató de la jodida sensación que tenía en la boca (a diferencia de los humanos los otros mamíferos son un tanto más inteligentes y saben entender las señales que manda la naturaleza).

─Esta planta sobrevivió y sus hijos siguieron generando más y más capsaicina, al no poder ser devorados los frutos (los chiles) las semillas de estos no se veían expuestas a ser trituradas por los dientes que caracterizan a los mamíferos, y no solo eso, ¿sabes qué animales no tienen dientes y comen chile a lo pendejo?, los pájaros, mi abuela siempre salía con la escoba a espantarlos porque se comían los chiles que tenemos sembrados en la casa. Esto es maravilloso, los pájaros son inmunes a la capsaicina, lo que hace que dichos animales puedan comer chile como si nada estuviera pasando, al no tener dientes, las semillas pasan intactas por el tracto digestivo hasta ser cagadas en algún lugar donde seguro tarde o temprano terminarán germinando en otra alegre plantita de chile, no sé tú, pero para mí esto suena tan maravilloso, me emociona, es la forma en la cual la naturaleza busca sus caminos para seguir proliferando.

─La parte clave de todo esto, es eso de que los pájaros no sean perceptibles a la capsaicina y otros mamíferos sí (como nosotros). Cuando ingerimos este compuesto, el mismo se une al receptor de una proteína llamada TRPV1, esto genera una señal eléctrica para avisar al cerebro que estamos en aprietos, dándonos la sensación de que nos estamos quemando a través del mecanismo de nocicepción.

(Paréntesis: de la nocicepción ya hablé hace dos entradas en este blog cuando puse sobre la mesa el tema del porqué nos duele tanto la cruda, por favor leer ese artículo para saber más, continúo…)

─Es interesante mencionar esto, aunque sentimos que nos estamos quemando no pasa nada, no hay quemaduras químicas y no estamos recibiendo un daño como tal, es solo la puta capsaicina que está engañando a nuestro cerebro pues el receptor TRPV1 comúnmente es estimulado a través del incremento de temperatura, es nuestro mecanismo de defensa para quitar la mano de la estufa.

─Como sea, qué tanto estimulo recibimos está en función de la cantidad de capsaicina que estamos introduciendo a nuestro hocico, aquí es donde la salsa sriracha entra en juego, tiene una cantidad perfecta de 1000 a 2500 SHU (unidades Scoville), lo cual es suficiente para causar un picor (mandar una señal al cerebro), pero no tan excesiva como para jodernos y hacernos pasar un mal rato, el simple hecho que mande una señal al cerebro es la parte mágica, porque cuando se activa este mecanismo el cerebro responde liberando «pain killers», dicho de otro modo: liberando endorfinas, y dado que sabemos bien que el humano es adicto a estas sustancias, ya sabrás que el arraigo a esta salsa es algo meramente bioquímico. Pero no solo a esta salsa, la gente que come concentraciones mayores de capsaicina realmente lo hace porque sin darse cuenta su cerebro está drogándose no con dicha sustancia, sino con la euforia que hay a nivel cerebral por la liberación de endorfinas. De hecho de aquí mismo se deriva que haya tanta pinche pomada para tratar el dolor, lo que se hace es poner un poco de capsaicina en dichos ungüentos y que sea esta última la encargada de librera endorfinas para tratar un poco el dolor muscular o incluso algún tipo de urticaria.

─Yo sé que ya te desesperé y quieres seguir comiendo tu bola de arroz, no te voy a detener, pero si piensas que el fascinante mundo de la capsaicina termina allí, estás muy equivocada. La capsaicina es uno de los pesticidas más hermosos que ha creado la naturaleza y que el hombre ha utilizado para espantar a ciertos animales de una forma civilizada. Un ejemplo clásico es en África, bien sabes que en ese lugar se están muriendo de hambre, uno de los mayores problemas es que los elefantes se tragan todo lo que algunos pobladores siembran, ¿cómo crees que los espantan?, pues con capsaicina, es una forma inteligente de alejar a estos vegetarianos empedernidos sin tener que asesinarlos (que conociendo al ser humano sería la primera alternativa).

─Bueno, ya vi que te estoy aburriendo, pero pues fue tu decisión salir conmigo, espero y haya sido un poco instructivo este comentario de la salsa, obvio ya sabía que tenía la razón y tenía que buscar la forma de reafirmarlo, no me gusta que las personas vayan por allí diciendo que están en lo correcto cuando no es así…

Apenas terminé mi argumento pude notar en su cara lo mucho que se le habían quitado las ganas de coger conmigo, pero lo que más me impresionó fue su respuesta:

─¿Me estás diciendo que ves pornografía infantil tailandesa?

─No, no, no, te estoy diciendo que me percaté que en los vídeos de esa productora las chicas son menores de edad y que eso me motivó a indagar sobre dicho país y su legislación, además, ¿por qué vergas te fijas en eso?, hahaha, te he contado todo un monumento increíble sobre una de las moléculas más cotidianas. ¿Sabías que también se utiliza para inducir la apoptosis celular in vitro?, o sea, prácticamente en un laboratorio sirve para combatir el cáncer.

─Que asco que veas esas cosas ─dijo, con un tono de chica decepcionada.

Y bueno, se clavó en la idea de que veía pornografía infantil (cosa que no hago), pero así como una chica de filosofía y letras puede ser una de las cosas más maravillosas para «hacer el amors», también es cierto que son obstinadas y de mentes muy cerradas (no todas), digo, si tuvieran habilidad lógica en primer lugar no estarían en dicha facultad, pero total, no es mi objetivo discriminar el hecho de que el Dios en el que no creo no le haya dado a otras personas las gracias que me otorgó a mí.

Creo que es pertinente resaltar que no cogimos ese día y que el resto de la cita fue incómoda porque era obvio que ella ya se quería ir pero estaba buscando razones para que yo la detuviera, algo que no hice (obviamente).

La raza humana me causa mucha risa, no la entiendo del todo y tampoco entiendo el porqué no les interesa la maravilla científica que hay detrás de cada cosa, ese día fue la salsa, pero de esa forma puedo hablar de la cátsup, mostaza o contar los átomos de sodio en un salero, ¿por qué?, pues porque puedo, tan sencillo como eso.

Quiéreme de esta forma o sencillamente chinga tu madre, porque como dije: Mis ganas de tener la razón sobrepasan mis ganas de coger, si una mujer me manda a la verga porque me gusta más la ciencia que la panocha, pues con toda la pena del mundo, pero conozco formas más ingeniosas de alterar la bioquímica de mi cerebro que vayan más allá de andar metiendo mi pene en las piernas del alguna mujer que no me merece.

En fin, suficiente divulgación por hoy.

P.S.

Sé que tengo pendiente el segundo capítulo de «La Teoría del Todo», dadme paciencia, apenas inicien las vacaciones del coronavirus me pongo a terminarlo.

Por cierto amiga, si estás leyendo esto y piensas que todavía te traigo ganas, pues sí, porque soy débil y la carne me llama, pero hago público nuestro desamor para que te ofendas y así consideres nunca volver a darme otra oportunidad, es mi forma de usarte para a través de ti no caer en mis propios vicios o faltar a mi palabra.

¿Te fijas le ingenio detrás de esta jugada?, soy el mejor.

La teoría del todo. Capítulo I – Del Big Bang a las estrellas.

PREFACIO

Esta historia será larga (como te gustan), su principal objetivo es el de divulgar cosas que todos deberíamos saber, esto es algo que todo químico sabe, todo físico, todo matemático, biólogo o equis persona que haya tocado algún campo de la ciencia (los médicos no, esos no saben casi nada); bueno, en teoría todos los profesionales mencionados deberían saberlo, pero nunca dudemos de la capacidad de las personas para jugar el papel de ser unos completos pendejos durante su formación profesional (se me revuelve el estómago solo de pensar en la mayoría de mis ex compañeros de química).

Si eres una persona ajena a estas áreas te va a caer de perlas, no solo por el hecho de que no ahondaré en estos temas con su trasfondo matemático (me gustaría pero esto es divulgación), sino por el hecho de que tendrás acceso a entender cosas que tal vez tus malos profesores a través de los años de educación (desde el jardín de infancia hasta el doctorado) no te quisieron enseñar o simplemente no pudieron porque son unos imbéciles. A través de estas palabras vas a entender conceptos que de lejos se ven súper complejos pero que en realidad su entendimiento es… simple y hermoso.

Sea un caso o el otro, quiero que me tomes de la mano (o de donde quieras, entre más abajo mejor) y pongas mucha atención y mucho corazón, porque si llegas a entender esto vas a ser más químico que muchos de los seudo químicos que se graduaron de mi facultad, de la misma forma no vas a dejarte impresionar por los físicos, sencillamente quiero que lo hagas por amor a la naturaleza, a las bellas leyes que la rigen y en memoria a las grandes mentes que han desentrañado los misterios del cosmos para llegar hasta el día de hoy, o sea: Desde el Big Bang hasta el momento en que estás leyendo esto a través de tu computadora, tableta o teléfono inteligente (que suele ser más inteligente que tú).

Antes de empezar voy a contestar algunas preguntas que me hacen cuando inicio series de divulgación:

  1. – ¿Cuántas partes tiene? R: No sé.

  2. – ¿Cuándo publicas la siguiente parte? R: No sé, si la quieres para una fecha en específico págame o cógeme.

  3. – ¿Me amas? R: Con todo mi corazón.

Voy a omitir el formato APA o Chicago porque no me están pagando, solo pondré la bibliografía al final, el cómo consiguen los libros y/o artículos científicos queda como tarea para ustedes (es 2020, si no sabes cómo encontrar algo me escribes un comentario y te cuento, pero no jodas, no debería ser difícil usar google).

¡Estoy súper emocionado de usar mi cerebro!, espero que tú también, te prometo que más de una vez vas a llorar durante esta historia, ya sea porque es hermosa, o en el mejor de los casos: Cuando por fin hayas entendido la naturaleza que te rodea.

Si no hay nada más que agregar de momento… ¡empecemos!

CAPÍTULO I – DEL BIG BANG A LAS ESTRELLAS

A veces cuando voy caminando en la oscuridad hacia la parada del autobús me gusta pararme a observar el alumbrado público que hay en la esquina de mi casa, una luz naranja, trémula, fuerte e incandescente que se supone me protege de todos los males subrepticios que se ocultan en las sombras que abrazan mi colonia, desde los asesinos de mujeres hasta los amantes de lo ajeno.

Me gusta mirar esa lámpara por la sencilla razón de su color, aunque amo más la luz blanca, la luz caliente me recuerda mucho a mi infancia y a las bombillas antiguas que eran de 100 watts y que siempre se fundían con el paso del tiempo. Desde niño siempre me pregunté la naturaleza de la luz, mucho más me la pregunté cuando de niño también conocí esas bombillas ahorradoras de energía que poseían una luz blanca, ¿por qué cambia el color?, ¿es por la pintura del cristal?, ¿qué hace que una bombilla pueda tener luz blanca y otra luz naranja/amarilla?, preguntas que lamentablemente mi madre jamás podría contestar debido a que no tenía la formación, pero agradezco mucho esa casualidad, porque la duda nunca abandonó esta cabeza y la misma no descansó hasta que terminé de entenderlo.

De niño era todavía más interesante salir al patio en la noche y mirar las estrellas, ¿por qué las estrellas en el cielo son blancas como las bombillas ahorradoras pero el sol (que me contaron que era una estrella) era naranja como las otras bombillas?, ¿cuál era la relación entre los colores de las bombillas en mi casa y las estrellas en el cielo?, todo era… oscuridad.

En la primaria alguna vez le pregunté al profesor mis inquietudes, por desgracia tampoco me respondió. También pregunté si las luces de nuestros focos llegaban hasta las estrellas o si las estrellas podían fundirse como las bombillas, obvio recibí burlas. Hoy en día guardo esas burlas en mi corazón con mucho odio y rencor, pero solo hacia mis compañeros, esto debido a que años más adelante cuando terminé la preparatoria, un día rumbo al trabajo me topé al mismo profesor que se burló, yo ya había cambiado, mido prácticamente dos metros y ahora tengo una abundante barba, por lo cual el hombre no me reconocía. Cuando lo miré a la cara decidí levantarle el dedo medio y el hombre quedó completamente desorientado pues no sabía quién era yo y el porqué había hecho ese gesto «grosero» (incluso se asustó). Sobre mis compañeros no sé qué habrá sido de ellos, pero me gustaría verlos solo para decirles en su puta cara que mis teorías y preguntas, al final del día… aunque no eran correctas, fueron esenciales para nunca abandonar el espíritu necesario para entender las cosas, y eso, me lleva a otro punto.

No entiendo las mentes y corazones de la mayoría de las personas que me rodean, vivir en un mundo tan maravilloso lleno de misterios científicos que nacen desde lo más sencillo a lo más complejo, es un privilegio. Los misterios y el desafío de desentrañar y entender este universo es una razón suficiente para levantarte todos los días de la cama, en lo personal considero una ofensa a la mente humana y su naturaleza el no preguntarse todos los días cómo carajos funcionan las cosas, desde el color de una bombilla hasta el verde en las hojas de los árboles. ¿Por qué son colores diferentes?, ¿por qué la tierra es redonda?, ¿por qué el agua es transparente?, ¿por qué el cristal también es transparente pero puedo distinguir el agua dentro del vaso de cristal?, ¿es la transparencia relativa?, ¿por qué los tomates son rojos?, ¿por qué los tomates inician verdes y luego se vuelven rojos?, ¿por qué las cosas caen al suelo y no de otra forma?, ¿por qué tenemos que alimentarnos?, ¿por qué las cosas tienen distinto sabor?, ¿por qué la comida sabe diferente cuando la cocinamos?, ¿por qué cuando pasaba una lengua por una pila tenía un sabor pero al pasarla por otro metal no tenía el mismo sabor siendo que son del mismo material?, ¿por qué cuando tocó el fuego me quemo?, ¿por qué con el hielo también me quemo si se supone es todo lo contrario?, ¿por qué mi microondas solo calentaba el puto plato?, ¿por qué mi microondas podía calentar las cosas sin fuego pero mis bombillas no, siendo que ambos objetos funcionan con electricidad?, ¿por qué el «micro hornito» de mi hermana sí podía cocinar con luz pero el microondas de mi casa no?, ¿por qué me advertían de no meter metales al microondas?, ¿por qué de niño me electrocuté por meter dos cables al toma corrientes?, ¿por qué el cielo es azul todo el día, oscuro en la noche pero en las mañanas y tardes es naranja?, ¿por que´si las estrellas son soles no iluminan todo el cielo?, ¿por qué cuando miro el cielo se mueven las nubes?, ¿son las nubes las que se mueven o es la tierra la que se mueve?, ¿qué son las nubes?, ¿por qué todos los relojes que conocía giraban a la derecha y no a la izquierda? Dios… eran tantas preguntas y yo era un niño que se ahogaba en ignorancia.

Con los años pude responder esas preguntas y algunas más, cada una más interesante que la anterior. Lo único que descubrí es que todas tienen una respuesta en común: la ciencia. Es la ciencia aquello que tengo en mi corazón y en mi mente, bajo ella me gobierno y por ella sigo aquí, de no ser por ella y la fuerza con la que me impulsa ya me habría matado hace años, porque para ser sincero: no es como que los humanos sean más interesantes que su capacidad para generar ciencia, si les quitas la ciencia poco aportan al mundo. No me importa si dices que el amor mueve las cosas, no es cierto, de amor no vive nadie, si estás aquí es gracias a la ciencia (y más adelante te lo voy a demostrar de mil maneras).

Por desgracia, la ciencia no puede contestar todas las dudas, lo intenta, pero no siempre es así, algunas cosas sencillamente debes darlas por hecho, suponer o aceptar que una fuerza mística así decidió las cosas, por ende, con este amargo inicio paso a explicar como a pesar de la ignorancia y la suposición, podemos formar un castillo enorme de conocimiento, pero más importante: paso a explicar cómo la curiosidad nos ha impulsado a entender estas cosas y el cómo de ahora en adelante deberás ver el mundo con diferentes ojos, unos ojos que a mi parecer son mejores que aquellos que poseen la mayoría de las personas que no enaltecen a su raza a través del constante cuestionamiento de todo lo que los rodea.

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El inicio de esta historia es complejo, no podemos hablar de lo que había antes del universo porque sencillamente no sabemos, tampoco quiero iniciar un debate contra la gente de la religión y pelear por la existencia de esos Dioses que nos aman pero que también se masturban al vernos morir de inanición y achaques en la rodilla. Para fines prácticos optaremos por la teoría del Big Bang solo para tener un punto de partida; es decir: al inicio toda la materia y energía que conforman el universo estaban en punto pequeño muy denso y caliente al que llamamos singularidad. Por azares del destino todo se fue a la mierda, explotó y empezó la expansión. Debemos recordar que esto último al final es una teoría y, aunque está muy aceptada por cierta parte de la comunidad científica, las herramientas que poseemos para dar argumentos son un tremendo spoiler en esta historia, así que de momento las omitiré y capítulos más adelante las retomaré para que exclames: ¡Ahora es que lo entiendo!, también quiero aclarar que no existe un científico en toda la comunidad que posea pruebas definitivas, aquél que dice poseer la verdad al final del día solo le está haciendo a la mamada, una teoría es una teoría y punto.

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Cronología del universo – Cortesía wikipedia.

Los cálculos y estimaciones indican que fue hace casi 14 mil millones de años cuando el universo inició con esta expansión, debemos recordar que son estimaciones, lo cierto es que dar con el número exacto es una odisea, pero no importa, tomemos dicho dato sólo como un punto de partida. Cuando el universo explotó empezó a descender la temperatura de una forma increíblemente rápida.

En los horizontes de este universo se supone que el mismo sigue expandiéndose por dicha explosión, pero dejemos los horizontes de lado. En los lugares donde se «calmaron» las cosas quedó materia «flotando» en este nuevo espacio formado y que no tenía ninguna cosa interesante, era un espacio más aburrido que las clases de la universidad o que las clases de historia de la primaria, ¡todo estaba jodido y no había nada de vida!, bien lo dijo Jorge Drexler: Si quieres que algo se muera, déjalo quieto, ¿qué necesitábamos?, pues movimiento.

Por suerte también las piezas iniciales se formaron por esta época, los protones se unieron a los neutrones y formaron los dos elementos más sencillos que existen: hidrógeno y helio. El primero posee solo un protón en su núcleo, y el segundo… pues dos. No te alteres, de protones, neutrones y elementos hablaremos mucho (cada uno tendrá su respectivo capítulo), es suficiente con el hecho de imaginar estos dos átomos como nuestro punto de partida en la materia, de hecho, las estimaciones dicen que el universo era un 75% hidrógeno y el resto era puro helio. Pero esto no importa mucho, porque de hidrógeno no formamos vida, no formamos internet y mucho menos formamos vídeos de gatos haciendo cosas raras… ¿o sí?

En este universo antiguo (y hasta la fecha) había algo que no era aburrido: la gravedad. Tal vez no entiendas la gravedad de este asunto (jeje, juego de palabras), la gravedad es algo muy morboso que hoy en día todavía nos rompe la cabeza y en la que varios físicos han entregado su vida entera solo para obtener algo de entendimiento, te explico:

Desde muy pequeños estamos familiarizados con la fuerza de gravedad y con la famosa «Ley de Gravedad». Podrás ir en contra de estas ideas, pero a pocas personas las he visto desafiar estas leyes, tan sencillo como tirarte de un segundo piso para empezar a calmar tu ímpetu por desafiar esta ley. Si de pura casualidad logras romperla, felicidades, te has ganado un premio Nobel por demostrar a todos que una de las leyes más importantes es una completa farsa, pero dado que lo dudo, mis más sentidas condolencias a tu familia por tan pequeña pérdida.

Esta ley fue formulada por uno de los mayores genios que ha tenido suerte la humanidad de tener entre sus filas: Isaac Newton, lamentablemente esto es muy a futuro y nosotros apenas vamos en el inicio de esta historia, creo que es suficiente decir que la gravedad es esa fuerza con la que las masas se atraen, es directamente proporcional al producto de las masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa, dicho mal y pronto: Entre más masa tienen los cuerpos con más fuerza se atraen, y claro, entre más cerca mayor es la fuerza y viceversa, entre más separadas están las masas menos es la fuerza con las que se atraen.

La ley es intuitiva, obvio se requirió un genio para formularla (Newton no es cualquier cosa); sin embargo, el hecho de que tengamos una ley y su formulación matemática no es sinónimo de que realmente la entendamos, sabemos que está relacionada a la masa, pero hasta allí, párale de contar. No sabemos qué es, no sabemos que la origina y mucho menos sabemos cómo relacionarla con otras importantes teorías que hay.

Lo importante de esta fuerza es que existe, sea mucha o poca la masa que tengan determinados cuerpos, se atraerán, tal vez con poca o mucha fuerza, pero una atracción al final del día.

Como bien recordarás, ya mencioné que al inicio solo quedaron los elementos básicos con los que se formó el universo, esos pequeños átomos de hidrógeno y helio, los cuales tienen una masa asignada. En ese universo caótico con millones de átomos los mismos se empezaron a atraer los unos a los otros, formando puntos con mayores densidades al resto de la nube donde se encontraban, es decir: lugares donde sencillamente había más masa que en otros lugares (debido a la mayor concentración de átomos de hidrógeno y helio).

Esto ya te dice por donde va la cosa: si tomamos como referencia este punto de mayor densidad (mayor masa en un determinado espacio), la fuerza con la que atraerá a otros átomos será mucho mayor, pues como ya se dijo anteriormente, la fuerza con la que se atraen las cosas depende del producto de las masas.

Cuando algo es atraído con mayor fuerza sencillamente se dirige a ese objetivo con una aceleración; es decir, la energía potencial gravitatoria se convierte en energía cinética (movimiento), dicho mal y pronto, las cosas se empiezan a poner calientes. Esto de la energía potencial gravitatoria ya es algo que empieza a sonar muy fancy, pero no te preocupes, tómame de la mano:

La energía potencial gravitatoria solo es una forma de estimar el trabajo que puede realizar un objeto (con una masa) respecto a otro objeto (con masa) en un campo gravitatorio. Imagina lo siguiente: si yo dejo caer una piedra arriba de tu cabeza a una distancia de un metro, seguro te vas a llevar un buen chingazo, te va a doler y me vas a odiar, pero, si yo tiro esta piedra a 10 metros de tu cabeza, entonces no te vas a enojar, sencillamente te vas a morir.

¿Qué fue lo que te mató?, ¿la piedra?, error, la piedra tenía la misma masa, lo que te mató fue la fuerza de gravedad con la que la tierra «jaló» a este objeto, es decir, entre mayor fue la altura de la que tiré la piedra, mayor energía potencial tuvo, la energía potencial se transformó en energía cinética, y entre más distancia hubo más fue la velocidad de esta piedra, entonces podemos decir que la energía potencial se transformó en energía cinética. Esto es exactamente lo que pasa en las gigantescas nubes de moléculas, el hidrógeno empieza a transformar una energía potencial en energía cinética (se empieza a mover), tarde o temprano llega a los puntos de mayor densidad donde las cosas de por sí ya se están moviendo, porque para todo esto: es obvio que las cosas al impactar con el punto donde la materia está más concentrada transformarán la energía cinética en vibraciones (como cuando golpeas un platillo en una batería), incluso transferirán su energía cinética a cosas que no se mueven mucho. Al final del día podemos decir que todo empieza a aumentar su temperatura, porque aunque no lo creas, las cosas «calientes» son eso: átomos en movimiento.

Como dato adicional: la energía potencial es un concepto que se ha inventando para justificar el hecho de que una cosa adquiera una determinada energía cinética en un campo gravitatorio, ¿cómo es posible que una piedra aumente su velocidad y tenga tanta energía al momento de impactar con tu cabeza?, según el principio de conservación la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma, pues bien, si asimilamos el concepto de energía potencial ya sabemos de donde ha sacado esa energía, no violamos dicho principio, de hecho, el nombre es incluso sugerente, «potencial», ¿qué tanto potencial tiene determinado objeto de ejercer trabajo en un futuro y bajos ciertas condiciones?, eso es la energía potencial.

Parece algo obvio, incluso cuando te lo enseñan en la secundaria o preparatoria no parece algo que sirva de mucho, pero pues cágate… Cuando decimos que «conforme algo pierde energía potencial adquiere energía cinética» es uno de los enunciados más pasados de verga de la física, de aquí nacen muchas cosas: Lagrange utilizo esto para reformular toda la física clásica (escribirla de otra forma más «sencilla»). Cuando imaginamos las condiciones en las que un objeto pierde toda su energía potencial respecto a otro objeto (que se vuelva cero), se nos viene la idea de infinito, pues solo a infinitas distancias no habría una energía potencial. Esto suena tonto, pero pues porque lo vemos en términos de energía potencial, si vemos en términos de su energía cinética nos damos cuenta que lo que estamos calculando es la velocidad a la cual ese objeto ya no se ve influenciado (a través de gravedad) por otro objeto. Cuando hablamos de «objetos» esto todavía no se comprende del todo, pero usemos como ejemplo una nave y el planeta tierra:

Si nos imaginamos el momento en que la energía potencial de la nave es cero respecto a la tierra, pues no tiene sentido calcular esa «infinita distancia», pero cuando lo convertimos en energía cinética la cosa cambia, pues la energía cinética habla sobre velocidades, entonces lo replanteamos así: ¿A qué velocidad se deberá mover la nave (con una cierta masa) para que su energía cinética sea lo suficientemente mamada como para que la gravedad de la tierra ya no influya más?

Eso es nada más y nada menos que lo que se denomina velocidad de escape, o sea, a que velocidad se deberá mover cierto objeto para abandonar la colosal fuerza de gravedad que tiene la Tierra debido a su masa. En pocas palabras: de aquí se deriva el hecho de que el hombre haya podido pisar la Luna, de que tenga satélites y de que esté a poco de pisar Marte, una vez que se sabe dicha velocidad, lo demás es el diseño de la nave y el sistema con el cual se mueve (que igual se dice fácil, pero ojo, no lo es).

Volviendo al tema: los átomos de hidrógeno y helio se empezaron a acumular cada vez más y más, los lugares densos empezaron a aumentar más y más su temperatura. Si has entendido notarás que es un bucle. Es obvio que cuando hay más masa habrá mayor fuerza de gravedad, ergo, estos puntos densos atraerán cada vez más y más átomos, incluso a aquellos que se encuentran a distancias largas (pues ahora hay más masa acumulada y por ende más fuerza), cuando menos nos damos cuenta tenemos miles de millones de millones de millones de átomos concentrados en un pequeño espacio, ¿qué está pasando?, pues bien, para finalizar lo podemos ver de las siguientes maneras:

Si sabemos que la acumulación de masa es la responsable de que aumente la temperatura, ¿qué tanto puede subir la temperatura?, ¿hay un límite?, para responder esto solo es recordar lo que dije en un inicio: sabemos que el universo en aquél entonces era puro hidrógeno y poco helio, ¿de donde salieron los demás elementos?, usa nuestro planeta como referencia.

¿No te parece raro que existan los volcanes?, si te pones a pensar es una montaña con un agujero que saca cosas a una temperatura muy elevada desde «el centro de la tierra». Eso de que esté caliente ya deberías poder deducirlo: Se supone que el planeta Tierra es una acumulación de masa, el núcleo de la tierra está rodeado de mucha masa, la fuerza de gravedad atrae a esta masa hacia el centro de la tierra, lo que causa que la masa más interna esté bajo una increíble presión todo el tiempo, esto a la larga termina aumentando la temperatura lo suficiente como para fundir toda la materia que se encuentra en dicho núcleo, y bueno, esa es la parte clave, «fundir».

Cuando los puntos densos son pero tan pero tan gigantes puede que la masa sea lo suficientemente grande como para fusionar los núcleos atómicos y formar otros elementos,  pero cuando la masa no es suficiente solo queda como una enorme esfera de gas.

Si te estás preguntando cosas como: «¡Woooa!, ¿y esas esferas de gas donde están?», pues muy lista, esas esferas gigantes de gas pueden encontrarse con facilidad en nuestro sistema solar: Júpiter y Saturno lo son (Júpiter es el más grande), de hecho, así es como se llaman, «gigantes gaseosos», porque en efecto, son puro gas, no tienen una superficie sólida como el planeta Tierra (los planetas terrestres sí la tienen, como es el caso de la Tierra, Marte o incluso Mercurio).

Jupiter_Earth_size_comparison

Entonces en efecto, podríamos afirmar con total seguridad que Júpiter es una estrella que nunca llegó a ser una estrella, simplemente es una acumulación de gas increíble, pero pues hasta allí.

Obviamente lo interesante es cuando la masa supera por mucho a la de Júpiter, ¿qué pasa cuando la acumulación de masa es tan colosal que la temperatura es suficiente como para iniciar una reacción de fusión nuclear?

Bueno, es allí cuando nace una estrella… ¡pero!, eso es adelantarnos mucho, para poder entender el funcionamiento interno de la estrella necesitamos responder algunas preguntas importantes: ¿cuál es exactamente la estructura del átomo?, ¿qué es el hidrógeno?, ¿qué es el helio?, ¿qué sobre los protones, neutrones, electrones y demás partículas?, ¿por qué si todo es hidrógeno la tierra es muy diferente en su composición?, ¿la tierra también es un intento de estrella como Júpiter?

¡Uff, tantas preguntas!, por desgracia mi contador de palabras dice que vamos por las 4400, lo cual es demasiado, pues el contador de páginas dice que llevo 12, ergo, has leído 12 páginas A4, lo que es equivalente a unas 30 en un formato de libro tradicional.

Creo que lo mejor es parar aquí, pero antes te voy a dejar con una reflexión filosófica como conclusión de este capítulo:

No vale la pena perder la cabeza preguntándose que había antes de la supuesta singularidad y de la supuesta explosión, muchos científicos están detrás de ello y simplemente no llegan a nada, claro que vale la pena investigar, pero solo si vas armado. La mayoría de las cosas interesantes de la ciencia no residen en el morbo de preguntarnos sobre la creación o de responder a cuestiones meramente filosóficas sobre el origen y significado del universo, porque de hecho ya hay filósofos que establecen con razón el porqué siempre hemos de caer en la contradicción. Kant, en su obra «Crítica a la Razón Pura» deja bien en claro que cuando nuestra razón rebasa a nuestra experiencia, caemos en antinomias, o sea: en contradicciones. Cuando nuestra razón quiere indagar más allá de donde se ha logrado experimentar, tenemos argumentos tan buenos como para demostrar que el universo empezó como argumentos para decir que en verdad nunca existió.

La ciencia es maravillosa por todos sus ángulos, en esta serie nos basaremos en lo que sí sabemos y lo que sí hemos demostrado. Notarás que no se necesita hablar de cuántica ni de Big Bang ni de Dios para caer en cuenta de la belleza que está detrás del fenómeno más sencillo, pero bueno, eso ya será conforme avancen los capítulos de este increíble drama.

Sin más que agregar me despido, si te gustó ya sabes que puedes compartir o estar al pendiente de mi página donde pondré los siguientes artículos.

¿Qué hacer si no te gustó?, pues sencillo: Ir a chingar tu madre 😉

Nos vemos en la segundo capítulo.


 

Referencias:

  • Sikdar, Malay. (2018). A Different Approach for Big Bang Singularity. Natural Science. 10. 151-162. 10.4236/ns.2018.104016.
  • Marov, Mikhail Ya. (2015). «The Structure of the Universe». The Fundamentals of Modern Astrophysics.
  • Forbes, George (1909). History of Astronomy. London: Watts & Co.
  • Serway, Raymond A.; Jewett, John W. (2004). Physics for Scientists and Engineers (6thed) Brooks/Cole.
  • Halliday, David; Robert Resnick; Kenneth S. Krane (2001). Physics v. 1. Nueva York: John Wiley & Sons.
  • Lev Davidovich Landau & Evgeny Mikhailovich Lifshitz, The Classical Theory of Fields, (1951), Pergamon Press